Cinco estaciones

Una recopilación de poemas, reflexiones y haikus de diversas épocas con un punto en común: las emociones.

Cinco Estaciones es mi primer poemario, que decidí autopublicar a finales de 2021. He disfrutado al máximo de esta experiencia tanto en el proceso de creación, decidiendo cada detalle del libro como en la promoción organizando presentaciones, lecturas, recitales y consiguiendo algunas entrevistas en prensa y en distintas radios. Pero sobre todo, me ha encantado recibir un feedback directo con preciosas impresiones de muchos de los lectores, que he recopilado como recuerdo. Aquí os dejo un fragmento de algunas que me gustaron especialmente.

“Siempre me ha producido pudor cierta poesía, la íntima, la que habla de emociones y sentimientos, pero Eva desnuda el alma y pone palabras con tanta naturalidad y valentía, que me ha reconciliado. Hasta la tristeza, en sus palabras resulta ligera, delicada y natural. El poemario es un regalo, donde a Eva se la intuye absolutamente creativa, llena de vitalidad y sensibilidad”

“ Cinco Estaciones permite adentrarse en el mundo lírico de una escritora capaz de jugar con la poesía que evoca sentimientos, que no teme hablar de sus emociones. Garner se recrea en la fuerza poética de los haikus, pero se atreve con los acrósticos y más tarde reflexiona sobre la creación y sobre aquello que nos inspira o versifica a modo de diario sobre el ser humano, sobre cada uno de nosotros”.

“Cuánta intensidad se percibe en el mundo de Eva Garner. En su universo de palabras transmite fuerza, pasión pero también sutileza y ternura. A veces habla la mujer de los labios rojos y otras la niña que pasea en bicicleta”.

“Los protagonistas, la ciudad, la lluvia, el amor. París está en Donosti y Eva nos ha regalado esa postal extraordinaria, a través de un realismo mágico contado con sencillez. La banda sonora propia, maravillosa, que aprovecho para recomendar como hilo conductor de la obra, nos proyecta en el núcleo de la misma. Sin embargo, todas las imágenes suenan a chanson, y brillan en blanco y negro. Como un cuento de Rohmer o un sueño de Godard. Gracias a Eva, París ya tiene playa”.