El caballero dama
El caballero dama lleva a la escena el famoso episodio de la vida de Aquiles, oculto por su madre Tetis bajo hábitos femeninos en la corte del rey Licomedes para que no participara en la guerra de Troya, ante cuyos muros morirÃa, según le habÃa revelado un oráculo: baste aquÃ, como compendio de esta historia, la versión consignada por el EpÃtome del mismo Monroy que puede leerse en el «Apéndice» de esta edición. La obra lleva un estudio previo de la obra que nos ayudará a enfocar y comentar la dramatización en el haber del ingenio andaluz, en relación con el mito y con otras comedias áureas (no exclusivamente centradas en el mismo argumento).
El caballero dama, como cualquier comedia áurea, no pertenece a un ámbito puramente literario, ya que se concibió para subir a las tablas de un teatro comercial de mediados del siglo XVII y, por tanto, conviene aproximarse al texto sin perder de vista esa perspectiva, que consiente enfocar y hasta valorar mejor ciertos rasgos dramáticamente relevantes.
Cristóbal de Monroy y Silva
Nacido en Alcalá de GuadaÃra en 1612, fue historiador, dramaturgo y poeta. Cristobal de Monroy fue sobre todo un prolÃfico dramaturgo, visto que se conservan hoy treinta y dos comedias y un auto sacramental (no se han localizado otras dos comedias y un segundo auto) que abarcan varios géneros y argumentos: de las de santos a las históricas, de las mitológicas a las de enredo.
Si bastante atención se concedió en su momento a Fuente Ovejuna, reescritura libre y original de la tan conocida obra de Lope de Vega, en las últimas décadas el interés mayor parece haberlo despertado el que Bem Barroca clasificaba como «Ciclo troyano», que integran las cuatro comedias El robo de Elena, El caballero dama, Héctor y Aquiles, y La destrucción de Troya; sin olvidar que la afición de Monroy por la leyenda mitológica llevada a las tablas, también quedarÃa subrayada por su EpÃtome de la historia de Troya; su fundación y ruina, breve tratado en prosa impreso en Sevilla por Francisco de Lira en 1641. En su teatro, inspirado en el de Lope de Vega pero clasificado entre los seguidores de Pedro Calderón de la Barca, los caracteres están bien dibujados, la versificación es fluida y abunda la comicidad; la trama suele ser original y bien estructurada aunque con cierta tendencia a exagerar el efectismo escénico y la truculencia. Su obra como historiador y poeta es de menor relevancia con respecto a otras figuras de su época. De su obra poética se ha conservado poco; una inspirada Silva a la muerte del dramaturgo Juan Pérez de Montalbán y algunos poemas más. Fue un admirador de Luis de Góngora.
Paolo Pintacuda
Catedrático de Literatura Española de la Universidad de PavÃa (Italia), ha investigado en particular acerca del Siglo de Oro. Autor de artÃculos sobre problemas de traducción y transmisión textual, cuenta en su haber con numerosas ediciones crÃticas tanto de teatro como de poesÃa. Más recientemente, ha coordinado dos volúmenes relativos a la épica hispánica. También se ocupa del siglo XX, interés cifrado (entre otros) en varios trabajos sobre la fortuna italiana de la poesÃa de Manuel Machado. Es padre de Filippo, Giacomo y Matteo.