La formación de Mandy

Los niños aprenden de lo que sus padres dicen, hacen, y de los sentimientos que expresan. ¿Conoce usted bien a sus hijos? ¿Confía en que sabe lo que hacen cuando no los ve?

¿El criminal nace, o se hace? Aunque una persona nazca predispuesta al crimen, muchos y variados factores deben intervenir en su vida para que se convierta en un o una criminal. El entorno familiar forma la conducta y el desarrollo de la personalidad de los niños. Ellos aprenden de lo que sus padres dicen, hacen, y los sentimientos que expresan. Construyen su identidad en la relación con sus padres. Cómo formamos a nuestros hijos depende de cómo fuimos formados, pero no es raro que estemos desconectados o ignoremos la importancia de esto. En el caso de la pareja Hollander, los padres de la figura central de La formación de Mandy, tal desconexión hace que los padres no conozcan realmente al miembro más preciado de su familia, quien siempre compartió su hogar, pero cuyas acciones fuera del hogar desconocían. Las duras experiencias de niño del padre, unidas a las de su empleo como agente al servicio de cierta agencia norteamericana para la cual operaba en diferentes partes del mundo, y la determinación de la madre de que sus hijos lograran siempre lo que quisieran a como diera lugar, hace que los padres ignoren los avisos tempranos de profesores y profesionales mentales. Optan por impartir su propia versión de educación social a sus vástagos. Esa opción trae a la familia circunstancias nefastas. No siempre son los padres los culpables de las tragedias familiares. Pero omisión, descuido, incluso a veces buenas intenciones, pueden causar tragedias.