Cómo surgió, se extendió y arraigó la leyenda negra española. Y cómo, aunque desenmascarada, sigue perviviendo.
El término «propaganda» tiene significados diferentes. Sin embargo, frecuentemente se interpreta en un contexto negativo, ya que las partes interesadas no siempre usan métodos veraces para difundir sus ideas. Y muy a menudo los hechos se distorsionan y se acaban sacando de su contexto. La leyenda negra antiespañola es un fenómeno único. Se conformó durante el siglo XVI, período en el que España era el país europeo más poderoso y el primer Imperio global, pero aún hoy continúa existiendo, si bien es verdad que el concepto ha ido evolucionando. La leyenda negra es, en realidad, un fenómeno notablemente complejo que tiene connotaciones europeas y americanas. Con respecto a estas últimas encontramos temáticas relacionadas con el descubrimiento, la conquista y el gobierno del Nuevo Mundo, al tiempo que enfatiza la crueldad española ejercida para lograr los objetivos. Las críticas al vector europeo de la política española también pusieron el foco en la crueldad, tanto en las guerras europeas en los Países Bajos como en la intolerancia religiosa y la ignorancia. Los aspectos positivos de las acciones de los españoles (así como las acciones negativas de los países rivales de España) a menudo se silenciaron deliberadamente. Además, no se tuvo en cuenta el contexto histórico y el trasfondo general de la época. La rivalidad con Inglaterra y la rebelión en los Países Bajos influyeron en el enraizamiento de la imagen negrolegendaria de España. Además, los libros escritos por españoles, como por ejemplo Bartolomé de las Casas y Antonio Pérez, se utilizaron activamente para reforzar e incrementar el nivel de la crítica. En el siglo XIX la leyenda negra se transformó en amarilla (como el color de la denominada “prensa amarilla”, de escasa credibilidad), enfatizando el retraso, la falta de seriedad de España como país y su diferencia con respecto a las demás naciones europeas. A partir de finales del siglo XIX este fenómeno fue identificado y descrito por el historiador y diplomático español Julián Juderías y, a partir de entonces, la leyenda comenzó a estudiarse activamente en el entorno académico. Aunque la leyenda negra ha sido refutada desde un punto de vista académico e histórico, todavía se mantiene en la mente de muchas personas y se utiliza en el discurso político contemporáneo. ¿Por qué se sigue manifestando? Las respuestas las encontrarán en este libro.
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