Flamencos
Viaje a la generación perdida
No vamos a descubrir ahora que Jerez de la Frontera es un manantial del que han salido cantes y cantaores que hoy son parte esencial de la historia de este arte, ya universal, que nos define. Fueron muchos, como muchos fueron los que nacieron y se criaron en otros espacios singulares de nuestra geografía, donde se hacinaban gitanos, moriscos, andaluces de la periferia maldecidos por el hambre y la miseria…, como Triana, los barrios gaditanos y su bahía, el Perchel malagueño con la Trinidad, o los barrios del Sacromonte y el Albaycín granadinos. Y son ellos, todos ellos, en una fusión de razas y de culturas, los que dan nacimiento a unas músicas que son grandes de por sí.
Tal vez por esto, decidimos un día hace ya muchos años iniciar una serie de entrevistas con unos hombres y mujeres del mundo del flamenco que habían sido fundamentales en su tiempo, pero que, por las circunstancias políticas, económicas o sociales, la afición los había ido dejando aparcados en el rincón del olvido, sin otra cobertura que la caridad o la beneficencia municipal en su caso. Queríamos ser una especie de grito que, en boca de estos artistas, reclamaran el estatus que la sociedad y los estados debían a estos hacedores de arte, ya orillados de los habituales circuitos. MANUEL HERRERA RODAS
Manuel Herrera Rodas
MANUEL HERRERA RODAS (Casariche 1937-Los Palacios 2020), a lo largo de toda su vida mantuvo el más alto compromiso con Andalucía y con sus gentes y, de manera especial con el flamenco, dedicándole su tiempo y su esfuerzo de forma participativa, ya fuera incorporando a sus alumnos a esas tareas en el colegio que dirigió durante décadas, o a los artistas, intelectuales y compañeros en campos diversos de la cultura. En ese clima, vio la luz la revista Sevilla Flamenca, de la que fue creador, articulista y director hasta su número 100, Andalucía, alfares y cerámica, exposición, inventario y publicación realizados con los jóvenes de su centro escolar, A la sombra de la Alameda, vida y obra de Eduardo de la Malena, Andalucía: tierra hombres y afanes, Del flamenco a todas las músicas (libros de textos para todas las etapas de Educación Infantil y Primaria). Con ese talante confeccionó el elenco de alfares de toda Andalucía, dirigió y levantó la peña El pozo de las penas, impulsó la creación de la Bienal de Flamenco, que más tarde dirigió a lo largo de tres ediciones, dotándola de las características que la han convertido en un evento mundial, dirigió el ciclo Conocer el Flamenco de la Fundación Cajasol durante 29 ediciones ininterrumpidas, así como Los Jueves flamencos, también de Cajasol, durante los 19 años de su andadura, siendo la primera programación estable de Flamenco en la Ciudad de Sevilla. Estuvo en el centro de la iteaf, institución que fue decisiva para acabar con la desprotección económica y social de muchos artistas mayores, circunstancia que propiciaría el nacimiento de la presente obra, el último trabajo del Hércules que fue Manolo Herrera. Galardonado con la Cruz de Alfonso X en 1983, en 2021 fue declarado Hijo Adoptivo de Sevilla. El pregón de la XXI Bienal de Flamenco, pronunciado poco antes de su muerte imprevista, es un testamento sentimental que encierra su amor por el flamenco y Andalucía.